Las protestas de organizaciones populares de Perú contra la presidenta Dina Boluarte, se reanudarán el próximo miércoles con una llamada “toma de Lima”, esperada con singular expectación.
El gobierno de Boluarte, criticado internacionalmente por la represión que dejó 49 muertos en choques directos -todos civiles- y cerca de una veintena más si se incluyen hechos colaterales, ha estado activo en la adopción y el anuncio de medidas de contención que, entre otras cosas, incluyen una vigilancia en las afueras de la capital sobre quienes llegan.
Esa operación, bautizada como “abanico verde”, por el despliegue de los uniformados, apunta a desestimular a los potenciales viajeros y forma parte de un plan a cargo del ministro del Interior, Vicente Romero, general retirado de la Policía.
Las protestas contra Boluarte estallaron el 7 de diciembre, cuando, en su asunción como sucesora de Castillo, dijo que pretendía quedarse en el poder hasta 2026, desoyendo el clamor de adelanto de elecciones.